8 de abril de 2012

El testimonio de Philip J. Corso.


Philip J. Corso, nació el 22 de Mayo de 1915, y murió el 16 de Julio de 1998. 

 

Corso prestó sus servicios para el ejército de Estados Unidos; entre 1942 y 1963, haciendo carrera militar, y llegando al rango de Teniente Coronel. Fue entrenado en labores de inteligencia en la Segunda Guerra Mundial, y asignado a detectar y eliminar agentes secretos de Rusia en Italia. Corso recibe instrucción adicional en la Escuela Militar de Inteligencia de Fort Riley, y desempeñó puestos importantes y de autoridad,  tanto en Estados Unidos, como en el extranjero, logrando 19 condecoraciones.

 

Corso, es asignado a la Guerra de Korea (1950)  con el entonces General Douglas McArthur, lugar donde realizó trabajos de inteligencia, en labores de artillería, y después le sería encargado la oficialía de inteligencia en Asia, repatriando militares norteamericanos. 

 

En 1953,  es promovido a Teniente Coronel  siendo consejero de confianza del Presidente Eisenhower, y es asignado a un batallón de artillería en el campo de misiles en Red Canyon. Posteriormente, fue comandante en un campo militar de misiles en Alemania occidental, desarrollando estrategias de blancos, para ataques nucleares. 

 

A su vuelta de Europa, se vuelve reservista de la guardia nacional. Funge como consejero en la Base Militar en Maryland. Corso tuvo un mentor; el General Arthur Trudeau; quien encomendó al Teniente Coronel, el “ Foreign Tecnhnology Desk”  (Unidad de Tecnología Extranjera),  que lo ubicaba en puestos de autoridad, sobre todo, para analizar tecnología no norteamericana; como aeronaves francesas, inglesas y rusas.

 

 Philip J. Corso, una vez retirado de su compromiso militar, escribe el libro “The Day After Roswell, en 1997 (El día después de Roswell), con la colaboración de William J. Birnes. En su  libro, Corso  asegura que en 1947 siendo mayor y en labores de supervisión en la Base de Kansas;  destapó  cuatro pequeños cajones con forma de ataúd, que le fueron señalados por un militar de guardia, y haber visto en ellos a cuatro humanoides que por sus características físicas, supone extraterrestres (tipo gris), y los relaciona con el incidente de estrellamiento de un ovni en Roswell, dado que había visto ajetreo en esos días, y la llegada de cinco camiones procedentes de Roswell. Los cuerpos son de estatura pequeña, de complexión  delgada, con cuatro dedos en las manos, cabeza grande, y ojos almendrados.

 

Corso dice haberse sumergido en varios documentos  “Top Secret”, referentes al caso Roswell, y haber visto gente del ámbito cientíico como Werner Von Brown, y Robert Openhaimer, que se supone tuvieron contacto con el equipo alienígena, obtenido del incidente de Roswell.

 

Corso en su puesto privilegiado de análisis de tecnología, dice que se le asignó para su estudio, varios artefactos provenientes del incidente de Roswell, sobre los cuales se aplicó Ingeniería a la inversa, para aprender como funcionaban, logrando con esto impulsar la tecnología terrestre, en varios ordenes como son  la fibra óptica, los chips con circuitos integrados, equipo de visión nocturna, rayos laser, fibras super resistentes como el Kevlar. El ex militar, nombra compañías civiles las cuales supuestamente fueron depositarias de la tecnología obtenida;  IBM, Hughes Aircraft, Bell Labs y Dow Corning. 

 

También informa, que la nave estrellada de Roswell es un artefacto en realidad equivalente a una máquina de tiempo; con la cual no viajaban por el espacio los extraterrestres, sino realizaba un especie de “salto” (teletransportación), en el espacio tiempo; que les permitía venir de lejanos lugares del cosmos.

 

Los registros militares, nos dan la seguridad de que Philip J. Corso, hizo una carrera militar tal y como la informa en su libro, con asignaciones en la inteligencia militar, y como asignado especial en el Pentágono bajo los ordenes del General Arthur Trudeau. Esto, lo corrobora el inquisitivo investigador ovni; el Físico atómico Stanton Friedman.

 

El testimonio de Corso, sacudió al mundo en 1997, y su libro registró uno de los mayores índices de venta, según informó el New York Times. Lo denunciado por el exmilitar, embona en todas las partes con otras informaciones sobre el caso Roswell, siendo su condición de retirado y próximo a la muerte, el clásico estado en que se han recogido informaciones; que nos dicen que los extraterrestres ya están aquí, y que han sido encubiertos.

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 Gil- Munguía.

6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Esta curioso el reporte de Corso y abona en conjunto con lo demás de que hay algo muy fuerte oculto a la vista de las personas ordinarias. Esta negación de información, puede ser un delito moral y ético muy grave.

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  2. Realmente es así, y muchas cosas mas, señores saldrán cosas mas sorprendentes, yo lo se. El hombre es en realidad el torpus erectus; es estúpido y irracional... no me excuso de nada... Corso saco la punta del iceberg.
    Los grises son una rasa inferior y supeditada a otra mayor.

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  3. Definitivamente Corso fue un militar con una hoja de servicio debidamente reconocida lo cual avala mucho de lo que escribio al final de su vida. Por otra parte si conocio sobre las investigaciones de Von Braun, estuvo a la orden de generales como McArtur y Eisenhower ¿vamos a dudar de. Lo que relata en su libro?

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